Lo interesante es que las vivencias afectivas, de quien padece esta doble afectividad se superponen y confunden. En esencia, los dos amores producen los mismos efectos, como si el cuerpo no pudiera considerar por separado los polos del conflicto. La misma taticardia y la misma emoción localizada en la boca del estómago. No interesa si son mariposas o murciélagos, la consecuencia es la misma: una doble angustia corta la respiración y pone a temblar el sistema hormonal.
A veces, el doble amor dura poco, pero solo se trata de química concentrada transitoria, ebullición desordenada y vibrante. Pero en ocasiones, la bioquímica es transcendida y el amor se asienta descaradamente durante años.
Todos estamos de acuerdo, al menos en términos prácticos, en que lo ideal sería no abrir sucursales afectivas. Y no me refiero a la infidelidad, que es el tema aparte, sino a que la emoción se encause por un solo canal. Sin embargo, nada hay más subversivo que el amor, nada más impredecible y sorprendente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ANÍMATE,DÉJANOS TU COMENTARIO !!