domingo, 11 de marzo de 2012

8 de Marzo: Otro día de celebración de las mujeres nicaragüenses, latinoamericanas y del mundo

El feminismo es revolucionario. Hace mas de 30 años que las feministas defendemos la igualdad y alentamos a todas las mujeres a defender sus derechos en todos los ámbitos de la vida.
La revolución feminista va más allá de los gobiernos de turno. Nos convoca la esperanza de construir una sociedad que respete la libertad y la integridad de las mujeres indígenas, afrodescendientes, lesbianas, trans, con discapacidad, rurales, niñas, jóvenes, ancianas…
La revolución feminista se hace realidad en las historias de miles de mujeres. Las que viven con placer, tienen buenos amores, no toleran abusos de poder en sus familias, no callan la violencia, se defienden de las agresiones, afirman su derecho a decidir, no acatan leyes que les niegan derechos, no toleran chantajes para ejercer su derecho de participación en el espacio público…La verdadera igualdad no se logra con una ley. El poder machista, sexista, racista y homofóbico está en todas partes: en el Estado, en las iglesias, en los partidos políticos, en los medios de comunicación, en las empresas privadas, en las relaciones cotidianas.
Las feministas trabajamos cada día para cambiar los patrones culturales que perpetúan la desigualdad en todos los ámbitos de la vida.Las feministas le demandamos al Estado cambios a favor de la igualdad real. La Ley integral contra la violencia hacia las mujeres es un aporte y un logro de las feministas nicaragüenses, pero apenas representa un punto de partida. Para avanzar en su efectiva aplicación hace falta voluntad política, recursos, participación activa de las organizaciones de mujeres comprometidas con la erradicación de la violencia sexista.
El feminismo revolucionario defiende un Estado laico. La mejoría en la calidad de vida de las personas y los avances en la igualdad de derechos dependen de políticas públicas inclusivas. La penalización del aborto es el mejor ejemplo de cómo el fanatismo político y religioso debilita el reconocimiento de derechos para las mujeres.
La lucha por la igualdad es una responsabilidad compartida. La cooperación al desarrollo debe continuar honrando su compromiso de acompañar los esfuerzos que realizan las organizaciones feministas para construir un verdadero Estado para la igualdad.La revolución feminista tiene fuerza propia. Nuestra principal fortaleza como movimiento social es que creemos en la igualdad y luchamos contra todas las formas de discriminación. Desde miradas plurales desafiamos todos los poderes autoritarios y construimos nuevas utopías por un mundo mas humano.
Movimiento Feminista de Nicaragua

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